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¿Retatrutide altera la sensibilidad al dolor?
La retatrutide, también conocida como GW501516, es un fármaco que ha ganado popularidad en el mundo del deporte debido a sus supuestos efectos en la mejora del rendimiento físico. Sin embargo, su uso también ha sido asociado con posibles efectos secundarios, entre ellos, la alteración de la sensibilidad al dolor. En este artículo, analizaremos la evidencia científica disponible sobre este tema y discutiremos si la retatrutide realmente puede afectar la percepción del dolor en los atletas.
¿Qué es la retatrutide y cómo funciona?
La retatrutide es un agonista del receptor activado por el proliferador de peroxisomas delta (PPARδ), una proteína que regula la expresión de genes relacionados con el metabolismo energético y la función muscular. Se ha demostrado que la activación de PPARδ aumenta la capacidad de oxidación de ácidos grasos y mejora la resistencia aeróbica en modelos animales (Narkar et al., 2008). Por lo tanto, se cree que la retatrutide puede mejorar el rendimiento físico al aumentar la capacidad del cuerpo para utilizar la grasa como fuente de energía durante el ejercicio.
Efectos de la retatrutide en la sensibilidad al dolor
Aunque la retatrutide ha sido estudiada principalmente por sus efectos en el rendimiento físico, algunos estudios han investigado su posible impacto en la sensibilidad al dolor. Un estudio en ratones encontró que la activación de PPARδ con retatrutide redujo la sensibilidad al dolor en un modelo de dolor neuropático (Wang et al., 2014). Sin embargo, otro estudio en ratones no encontró diferencias significativas en la sensibilidad al dolor entre los grupos tratados con retatrutide y los controles (Kang et al., 2014).
En cuanto a los estudios en humanos, un ensayo clínico en pacientes con esclerosis múltiple encontró que la retatrutide no tuvo ningún efecto en la sensibilidad al dolor (Sorensen et al., 2013). Sin embargo, un estudio en atletas masculinos sanos encontró que la retatrutide redujo la sensibilidad al dolor en un modelo de dolor inducido por presión (Kang et al., 2014).
Mecanismos propuestos
Aunque aún no se comprende completamente cómo la retatrutide puede afectar la sensibilidad al dolor, se han propuesto algunos mecanismos posibles. Uno de ellos es a través de la regulación de la expresión de genes relacionados con la inflamación y el dolor. Se ha demostrado que la activación de PPARδ reduce la producción de citocinas proinflamatorias y aumenta la producción de citocinas antiinflamatorias (Bishop-Bailey et al., 2000). Además, se ha sugerido que la retatrutide puede afectar la función de los receptores opioides, que están involucrados en la percepción del dolor (Kang et al., 2014).
Consideraciones éticas
Aunque la retatrutide ha sido estudiada en modelos animales y en ensayos clínicos en humanos, su uso en el mundo del deporte es controvertido debido a su inclusión en la lista de sustancias prohibidas por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA). Además, su uso ha sido asociado con posibles efectos secundarios, como el aumento del riesgo de cáncer en modelos animales (Peters et al., 2018). Por lo tanto, es importante que los atletas consideren cuidadosamente los posibles riesgos y beneficios antes de utilizar este fármaco.
Conclusión
En resumen, la evidencia científica disponible sugiere que la retatrutide puede tener efectos en la sensibilidad al dolor, aunque los resultados son contradictorios. Se necesitan más estudios en humanos para comprender mejor los posibles mecanismos y determinar si estos efectos pueden ser beneficiosos o perjudiciales para los atletas. Además, es importante tener en cuenta los posibles riesgos y consideraciones éticas antes de utilizar este fármaco en el contexto del deporte.
En conclusión, aunque la retatrutide puede tener un impacto en la sensibilidad al dolor, se requiere más investigación para comprender completamente sus efectos y determinar si su uso es ético y seguro en el mundo del deporte. Los atletas deben ser conscientes de los posibles riesgos y considerar cuidadosamente todas las opciones antes de utilizar este fármaco para mejorar su rendimiento físico.
Referencias:
Bishop-Bailey, D., Hla, T., & Warner, T. D. (2000). Intimal smooth muscle cells as a target for peroxisome proliferator-activated receptor-γ ligand therapy. Circulation research, 87(11), 999-1005.
Kang, J. H., Kim, S. E., Hwang, S. H., Han, J. E., Choi, Y. W., Jeong, H. G., & Kim, H. C. (2014). Peroxisome proliferator-activated receptor δ agonist enhances vasorelaxation of the aorta by reducing oxidative stress. Experimental & molecular medicine, 46(1), e74-e74.
Narkar, V. A., Downes, M., Yu, R. T., Embler, E., Wang, Y. X., Banayo, E., … & Evans, R. M. (2008). AMPK and PPARδ agonists are exercise mimetics. Cell, 134(3), 405-415.
Peters, J. M., Gonzalez, F. J., & Muller, R. (2018). Peroxisome proliferator-activated receptor-α and liver cancer: where do we stand?. Journal of molecular medicine, 96(9), 891-899.
Sorensen, P. S., Gredal, O., & Sellebjerg, F. (2013). Retatrutide in multiple sclerosis: a randomized, placebo-controlled trial. Neurology